Me gustaría ser una pluma, una suave y avivada pluma. Descansar posándome un ratito talvez en un regazo y luego en una ventana. Y seguir vuelo como si el instante sea efímero, como si el atardecer lo fuese todo.
Me gustaría que mi piel no sea de abrojo. Que no se enganche en todo, que no se roce que no se apegue. Que sin embargo se refresque y la humedad penetre como una sensación que desde afuera entra para llenarme enteramente. Como si mi cuerpo se revistiera de plata, mas fría que el oro. Mas distante, mas etérea. Mas segura.
Me gustaría que mi piel no sea de abrojo. Que no se enganche en todo, que no se roce que no se apegue. Que sin embargo se refresque y la humedad penetre como una sensación que desde afuera entra para llenarme enteramente. Como si mi cuerpo se revistiera de plata, mas fría que el oro. Mas distante, mas etérea. Mas segura.
Fugaz, sin gravedad sin consecuencias. Estelar y eterna. Sin interrumpirme el trazo, la pincelada, el dejo de una sonrisa que nunca termina. Pero como si estuviese lejos de todo pero tan adentro de mí. Ensimismarme al fin y de verdad. Gobernarme, importarme, adorarme y con cuidado asomarme.
Harta de inmigrar de todo, del vagabundeo. De asentarme y hacer un fueguito para calentarme, pero de nuevo tener que marcharme al amanecer. Ya no me pertenecen las andanzas porque perdí mucho en el camino y ya no alcanzan los souvenirs, los detalles y algunas fotos. Porque mi mochila está saturada. Estoy harta. Harta de cargar con recuerdos, sensaciones, iluciones en bolsas de plastico de locales que ya no existen. Las plumas no cargan con nada.
Hay cosas que jamás pude probarlas y no quiero mas relatos, aventuras y experiencias ajenas. Ya no quiero contemplar posibilidades. Planear un encuentro ideal. Quiero que el viento, como dije antes, lleve a esta pluma a esos instantes mágicos, que están en la vidriera y no tengo como comprar.
Y no hablo de un infortunio, una desventura mas.. no. Hablo de un largo camino que viene desde lejos, talvez de otras vidas donde trasladarse era la única alternativa para sobrevivir.
Sea lo que sea que mi alma haya hecho o dejado de hacer quisiera que se corte, como se cortan los conjuros. La cuenta me cayó hace rato, y creí haberla pagado.
Pero es verdad, las plumas viven emigrando de un lado a otro cuando alguien las suelta. Pero las plumas no sienten, y si solo de volar se trata, bienvenido sea el viaje. Sin destino por ahora, sin vela, sin timón, sin alas, sin anclas. Soy libre, mi almohadón estará al encontrarme. Llegar a mí primero, para partir entera de nuevo. Mientras tanto me dejo... me dejo soltar...me dejo ir, fugaz, sin gravedad sin consecuencias.
Cuando temblar no esta demás, es la lucha para quedarme en este cielo. En esta historia.
Además de una simple lluvia que no la podes evitar, que es imparcial, para mi y para vos. No la podemos elegir. Y las gotitas van cayendo una vez mas... Para arruinar el cemento fresco, las acuarelas de un artista que su obra no pudo terminar. No preguntes más y protégete, del viento y de la peste. No vuelvas a enfermar.
Esas…mis calles que anduve dos veces hoy, allí transitó mi alma para rever las conclusiones que alguna vez saqué. Pero me animé otro vez y vi las mismas ventanitas con las mismas pálidas lucecitas, y los cafés..., llenos de desconocidos, algunos de ellos mismos, haciendo tiempo para no volver al hogar. Si pudiéramos elegir, si gritar bastara… me despierto y me vuelvo a dormir. Me levanto y me sigo cayendo.
Y la sinceridad se vuelve mi mejor amiga, y la verdad me aturde, me agobia pero la prefiero. Aunque sea un ruido blanco la quiero porque su luz me quita de la sombras, porque su claridad son como gotas que despejan mi mirada.
Quédate esta vez te lo ruego, sigue de cerca mi rodeo. No abandones tu marcha porque cuando mis pasos estén cansados y decida detenerme, no tendré que averiguarlo... no esta vez.
Sigueme de cerca, fugaz sin gravedad sin consecuencias...
Además de una simple lluvia que no la podes evitar, que es imparcial, para mi y para vos. No la podemos elegir. Y las gotitas van cayendo una vez mas... Para arruinar el cemento fresco, las acuarelas de un artista que su obra no pudo terminar. No preguntes más y protégete, del viento y de la peste. No vuelvas a enfermar.
Esas…mis calles que anduve dos veces hoy, allí transitó mi alma para rever las conclusiones que alguna vez saqué. Pero me animé otro vez y vi las mismas ventanitas con las mismas pálidas lucecitas, y los cafés..., llenos de desconocidos, algunos de ellos mismos, haciendo tiempo para no volver al hogar. Si pudiéramos elegir, si gritar bastara… me despierto y me vuelvo a dormir. Me levanto y me sigo cayendo.
Y la sinceridad se vuelve mi mejor amiga, y la verdad me aturde, me agobia pero la prefiero. Aunque sea un ruido blanco la quiero porque su luz me quita de la sombras, porque su claridad son como gotas que despejan mi mirada.
Quédate esta vez te lo ruego, sigue de cerca mi rodeo. No abandones tu marcha porque cuando mis pasos estén cansados y decida detenerme, no tendré que averiguarlo... no esta vez.
Sigueme de cerca, fugaz sin gravedad sin consecuencias...