miércoles, 14 de septiembre de 2011

Couture

Costuras como estas me componen, me rearman. Puntadas largas, agujas anchas, unir mis partes, vestirme con mi piel. Soy la misma de ayer mañana, dejame las tardes y las noches cocer que al abrir los ojos otra vez me reconoceré.
Encarar los espejos y lucir la capa, el peso. Cubrirme y destaparme con mi historia, amarrada. Las figuras como nombres bordadas, las suturas y los nudos se lucen en la garganta. Hay una parte que no encaja, y yo sigo dando puntadas, esto no sirve, aquello tampoco, mas hilo, más lana. Este ovillo no sale de su enredo, no quiero disculparme, luego lo hago, bueno que salga. Decir con palabras, poco puedo, cuando se teje el descontento. Es casi como pincharse el dedo, primero un punto frío que se clava, luego la presión donde veo el daño en dimensión, el globo de sangre que se infla y estalla pero no alcaza, para desenlazarla, esta vez: a la furia, al enojo, al orgullo desflecado. A las ganas de seguir intentando. Mejor una maquina, mejor una costurera, mejor un dedal. Todos podrán hacerlo mejor que yo, decir y hacer, no es lo mismo que decirhacer.
Y sigo hilvanando esta inspiración que no me alcanza. Solo quiero decir que intento recomponerme, intento unirme, formar, una sola yo, un abrigo. Volver al ruedo. Todos aprendemos a cocernos. Reconstituyendo con retazos la vida, que a veces se raja, se rompe, se desgarra. Tengo marcas, tengo trama, tengo historias en las palmas. Me las froto por los brazos y entibio las bastillas de los extremos para que sanen. A veces cicatrizan rápido y nos salvan, a veces… Pero otras nos privan de vivir, por miedo a revivir.
Tengo cien mil pedazos de mí, a ver cómo hago de una vez. No me roben mis gasas, y si lo hacen no me las devuelvan arañadas. A ver cómo hago entonces si alguien se cruza y me rompe el vestido, porque otra vez me quedo sin fiesta y sin desfile. Y a ver cómo hago de una vez para estar entera, mis vendas, enmarañadas, deshilachadas. No busco culpables, solo talento para vestirme de nuevo. Para saber hacerlo, cocerme bien, fuerte, pero no ajustada. Más bien liviana. Una costura segura, de un ritmo ligero, invisible pero existente, no superficial sino profundo. Cerrar y no tapar, mezclar y no acercar. Unir y no juntar. Atravesar.