Y de mis labios se cae la piel, como se seca el deseo como se borran tus besos. Y en mis costillas se marca el temor, se ahoga el dolor con sal y con sueños. En mi cama me quedo por vos, me vuelvo un terrón de dulce esqueleto. No me mires así, no gires al ir, llevate el pavor como cal en los huesos. Esta noche me quiebro de amor, me duele tu adiós, no me calmo ni espero.
Y de mis labios se cae la piel, cómo se miente otra vez para seguir dando besos. Y se muerden sinfín se buscan entre sí, añorando algún resto. En la pestaña me queda tu luz, me parece de tul, tu imagen espejo. Dejame llorarte esta vez, no quiero el rencor que seque el despecho. En la puerta me dejas tu voz, te olvidas del dos, te marchas te dejo.
Y de mis labios se cae la piel, como se escarcha otra vez, sin congelar esos besos. En el sonido perdura el tenor, del profundo dolor, que me causó tu desprecio. Y en mi ánimo aún queda el valor de seguir dando amor, buscando el afecto. Pero ahora me ausento mejor, me encierro el corazón, me quedo en silencio. Y en mis labios me crezca la piel, que endulce otra vez esos labios que beso.
sábado, 11 de junio de 2011
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